Humor contra oscurantismo

Parodia, caricatura, humor: un buen combinado para enfrentarnos a esa España supersticiosa que en la obra de Caballero encarnan cuatro hermanas por parte de madre: Petra (piedra), Nuria (agua), Lorenza (fuego) y María (aire). Las cuatro viven aisladas en un pueblo lorquiano de la España profunda. Sus miedos, sus creencias, sus represiones las mantienen aisladas en su reducido mundo existencial, hasta que aparece Sarmiento, un gitano al que persigue la justicia. Él hará tambalearse todo ese universo que hasta entonces parecía inamovible.

Homenaje y reivindicación

María Sarmiento no es sólo un homenaje a Lorca, también es una reivindicación del Lorca no oficializado: “Amamos a Federico”, dice Ernesto Caballero, “pero no podemos decir lo mismo de todo ese lorquismo oficial que ha llegado a convertirse en una suerte de eslogan o logotipo de los nuevos Ministerios de Información y Turismo. Y es que lo peor que le puede suceder a un poeta es que a su propia obra le salga un sarpullido de cómoda y socorrida retórica de andar por casa: que sus audaces e iluminadoras imágenes puedan llegar a ocultársenos debido a la reiteración de los tópicos y los lugares comunes”.
Contra todos estos tópicos y lugares comunes, Ernesto Caballero y la compañía Fuegos Fatuos nos proponen un tratamiento humorístico. Nos proponen, directamente, reír, “reír con esa risa de infancia y de campo, con esa risa silvestre que el poeta declaró que defendería siempre, siempre, hasta la muerte”.
Lola Casamayor, Lidia Navarro, Ana Vélez, Arantxa Orellana son las cuatro hermanas; Juan Lumbreras interpreta al gitano Sarmiento.