La trama se sitúa en 1880: con sus duelos de pistola, sus damitas de salón, sus caballeros engominados, sus militares, sus batallas y todo el oropel que quedaba en las postrimerías del Imperio colonial español. Jardiel Poncela se atreve a ofrecernos nuevos puntos de vista sobre el conflicto del varón burlado, el drama del donjuanismo o la incipiente emancipación de las mujeres, para lo cual se sirve de su humor explosivo. “Este humor ventila, airea, ilumina, hiere, purifica y es un gratificante distanciamiento para revisar los mitos y las grandes palabras, ya tan polvorientas, que durante siglos, guardadas en escapularios, fueron santo y seña de este pueblo y de su teatro. Ironías del tiempo. Lo que hoy es humor, ayer fue llanto”, apostilla el director de este montaje, Juan Carlos Pérez de la Fuente.
El resultado es una vuelta de tuerca magistral sobre la eterna lucha entre contrarios: padres/hijos, marido/mujer, progreso/inmovilismo, tradición/vanguardia.

La cuestión del honor

Angelina, hija de don Marcial, el brigadier, se escapa con Germán el día de su petición de mano. El brigadier y Rodolfo, el novio abandonado, les persiguen. Don Marcial se bate en duelo con Germán y consigue herirle. Entonces se entera de que su mujer, Marcela, le estaba engañando también con el mismo galán. Al ver su honor mancillado, el brigadier decide tomar medidas drásticas…
Aunque la acción transcurre en Madrid, en la primavera de 1880, este drama en verso consigue mantenerse actual dado que determinados conflictos sociales del siglo XXI siguen muy arraigados en la tradición cultural española.




Nacida en Hollywood

La primera etapa hollywoodense de Jardiel, como dialoguista y adaptador, y su posterior colaboración en un ciclo de melodramas mudos, a los que Jardiel añadía divertidos comentarios para la Fox Movietone en el año 1933, están en el origen de Angelina o el honor de un brigadier. Los mecanismos que entraban en juego en aquellos folletines hollywoodenses –la estética de la intriga, el lance imprevisto– inspiran al escritor el proyecto teatral de Angelina, que se estrena en España en 1934 y que será llevada al cine en 1935 por el director americano Louis King.

Jardiel

Este madrileño nacido en 1901, que murió a los 50 años y que había estudiado Filosofía y Letras para después dedicarse al periodismo y a la literatura, es uno de los principales nombres del teatro humorístico español. Muy influido por la literatura de Ramón Gómez de la Serna, con quien trabó amistad en los años 20, Jardiel compartió páginas en las revistas humorísticas de la época con Miguel Mihura, Tono, Edgar Neville, Manuel Abril y Enrique Díaz Casariego, entre otros, todos ellos muy ligados a la Generación del 27.
Además de artículos y alguna novela, su talento se prodigó sobre todo en el teatro. Obras tan representadas como Eloísa está debajo de un almendro (1940) y Los ladrones somos gente honrada (1941), están en su producción junto a otras tan reconocidas como Es peligroso asomarse al exterior (1942), Cuatro corazones con freno y marcha atrás (1946), El sexo débil ha hecho gimnasia (1949) y Los tigres escondidos en la alcoba (1949).
Enrique Jardiel Poncela desarrolló con ingenio una dramaturgia basada en la lógica de lo inverosímil, en el absurdo, el sarcasmo y la ironía, así como en la creación de situaciones y personajes disparatados.