La Strauss Festival Orchestra interpreta títulos tan conocidos del músico austriaco, considerado el “rey del vals”, como Napoleón, Fiesta de las flores, Klipp Klapp, El vals del emperador o Champagne. Tras los brindis y los fuegos artificiales, no faltará la pieza más célebre de todas: El bello Danubio azul, ni la marcha Radetzky, que suele cerrar la función acompañada por las palmas del público.
Más de tres millones de espectadores han disfrutado y han aclamado a la Strauss Festival Orchestra por toda Europa después de veinte años de trayectoria. El ballet, por su parte, se caracteriza por estilizadas coreografías y luminosos vestuarios.
Después de más de un siglo de vida, la tradición musical de la Viena imperial ha adquirido en los últimos años un gran prestigio y ha encontrado en la celebración del Año Nuevo el mejor momento para su culto. Las grandes salas de concierto de Europa se pueblan por estas fechas del entusiasmo y el aplauso que despierta el contagioso ritmo de los valses, marchas y polcas que hicieron época.
El Gran Concierto de Año Nuevo es, además, un homenaje la varios miembros de la familia Strauss. Entre ellos, destacan el patriarca del clan, Johann Strauss (1804-1849), y su hijo Johann Strauss II (1825-1899).