CARMEN: UNA LECCIÓN DE DANZA
Prosper Mérimée (1803-1870) escribió su famosa novela Carmen basándose en una trágica historia de amoríos que le contó su amiga Manuela Kirkpatrick, la malagueña condesa de Montijo. La novela se publicó en 1847 y posteriormente sirvió de inspiración a los autores del libreto de la ópera del mismo título cuya música compondría Georges Bizet.
Amores y navajas
Bizet se sintió atraído por aquella historia de amores y navajas situada en Sevilla (ciudad que Merimée conocía muy bien) y que protagonizaban unos personajes misteriosos, primitivos y en cierta forma exóticos. Aceptó el encargo de componer la música y, después de largas disputas con los libretistas y con la dirección del teatro por cuestiones de censura, la ópera Carmen se estrenó en marzo de 1975. Fue un estreno en un teatro inadecuado, el Théàtre de l’Opera-Comique de París, con un público acostumbrado a espectáculos ligeros y no a tragedias de amor pasional y violento. Carmen tuvo una acogida fría y Bizet murió tres meses después del estreno.
A pesar del fracaso inicial, Carmen ha dado muchas veces la vuelta al mundo: ópera, cine, ballet. Cecil B. De Mille fue el primero en llevarla al cine, en 1915. Y en España lo fue Florián Rey, en 1949, con Imperio Argentina. Asimismo, Carmen es una de las obras más coreografiadas por artistas de la danza de todo el mundo.
Sensualidad
Este montaje de Carmen que nos ofrece la compañía de Aída Gómez ha triunfado ya en escenarios de Europa y de América. La gran coreógrafa y bailarina vuelve a dar una lección de danza encarnando a la sensual cigarrera, la Carmen navajera y embaucadora que arruinará la vida Don José (Cristian Lozano). También de Aída Gómez es la dirección artística y la coreografía, una coreografía que la crítica ha calificado como “libre, inventiva y sensual”.
Hay peleas y muerte; hombres sin el menor temor a perder la vida por la mujer deseada; eros y tánatos. Tampoco falta la figura del torero, Escamillo (Eduardo Guerrero), del que Carmen quedará prendada, provocando la tragedia. Todo ello interpretado a través del movimiento de 17 bailarines y bailarinas liderados por Aída Gómez, quien vuelve a hacer gala de su gran fuerza interpretativa, sensualidad y experiencia.
La dirección de escena corre a cargo de Emilio Sagi, cuyo conocimiento en este terreno abarca desde la zarzuela barroca hasta la ópera contemporánea. Ha dirigido en los teatros más prestigiosos de medio mundo y ha sido Director del Teatro de la Zarzuela y Director Artístico del Teatro Real de Madrid.
Junto a la música original de Bizet, esta Carmen de Aída Gómez se mueve igualmente por el flamenco, con composiciones originales de José Antonio Rodríguez. Baste decir de él que en 1981, contando 17 años de edad, obtuvo el Primer Premio para Guitarra Flamenca de Concierto en el Festival de Cante de las Minas de La Unión, premio al que han seguido otros muchos.
Un excelente espectáculo de danza lleno de color y de duende. De él se ha escrito: “Muy buena obra, muy bien interpretada y muy bien bailada, con el gusto, la finura y la brillantez de Aída Gómez y toda su compañía.”
Aída Gómez
Comenzó la ascensión de su carrera al incorporarse en 1982 al Ballet Nacional, del que llegó a ser primera bailarina dos años después. En 1989 estrenó el personaje de Doña Inés en el ballet “Don Juan”, con el que viajó a Moscú y San Petesburgo. En 1997 inaugura el Teatro Real de Madrid con El sombrero de tres picos, trabajo por el que obtuvo el Premio Max de las Artes Escénicas. Poco después funda su propia compañía y en 1998 es nombrada Directora Artística del Ballet Nacional de España. En 2001, crea su propia empresa de producción y distribución de espectáculos. Está en posesión del Premio Nacional de Danza (2004) que concede el Ministerio de Cultura.