DIEZ AÑOS DESPUÉS VUELVE UNA NOCHE CON GABINO

Gabino Diego reescribe esta obra teatral en la que, bajo el prisma de un actor que no encuentra el hilo conductor para escribir su propio espectáculo, comunica al espectador todo un bagaje de experiencias sobre su niñez, su carrera, el amor y el desamor, su pasión por la música… hasta alcanzar a captar la relatividad de las cosas y de la vida.
Fue en 2005 cuando el actor Gabino Diego inició la aventura teatral Una noche con Gabino, en la que hacía un repaso cómico a su trayectoria vital y profesional, mezclando realidad y ficción, en un monólogo que caló en el espectador, quien se veía reflejado en muchas de las situaciones que se presentaban en el escenario. Un espectáculo que también se pudo disfrutar en el Teatro Auditorio de Cuenca.
Más de diez años después –pestaña que se añade al propio título de la obra-, Gabino Diego retoma esa idea y actualiza los textos hasta conseguir un nuevo y divertido espectáculo, incluyendo temas muy contemporáneos bajo la dirección de Gina Piccirilli.
La obra se inicia con la idea que tiene un actor de montar su propio espectáculo, pero sin conseguir encontrar un hilo conductor que lo ensamble. Ante este problema, pide consejos pero no recibe respuestas y la situación supone que empiecen a surgir dudas en principio creadas ante la dificultad inicial, pero que terminan por expandirse ante la necesidad que tiene el autor de comunicar toda una serie de experiencias y anécdotas ya sean de su niñez o de su carrera profesional, e incluso de su amor no correspondido por la música.
Para exponer todo este bagaje personal Gabino Diego interpreta en escena a múltiples personajes, muchos de ellos conocidos por el público, que forman parte de ese cúmulo de personas que le han ido influyendo a lo largo de su vida y de su carrera.
Entran en este grupo de experiencias fábulas sobre el amor y al desamor, o el éxito y el fracaso, que lo llevan a plantearse la relatividad de las cosas y de la vida. De hecho, en un momento del espectáculo llega a expresar: “Qué relativo que es todo esto del éxito y el fracaso, todo depende del tiempo y del punto de vista con que se mire”.
El objetivo de esta comedia es claro y vuelve a cumplirse, como ya sucediera hace más de diez años: mantener la sonrisa sin dejar de lado la reflexión y la emoción. Para ello, el actor nos sumerge en un divertido recorrido por fábulas urbanas, invitando al espectador a asomarse a la propia creación del espectáculo y demostrando con ello su versatilidad y su gran capacidad de comunicación.

Una reconocida trayectoria

Gabino Diego es uno de los actores españoles más queridos por el público, un valor obtenido a base de trabajo y de papeles que le han acercado al espectador. Cabe destacar en sus inicios en la interpretación su estreno con dos de los grandes: Jaime Chávarri, que lo requirió para Las bicicletas son para el verano y Fernando Fernán Gómez, quien hizo lo propio para El viaje a ninguna parte. A continuación llegó su gran oportunidad de la mano de Carlos Saura con ¡Ay, Carmela!, cuya interpretación de un mudo que recorre los rincones de España junto a otros dos cómicos le valió el Premio Goya a la Mejor Interpretación Masculina de Reparto.
A partir de entonces llegaron otros destacados papeles en obras como El rey pasmado, Tierno verano de lujurias y azoteas, Belle Époque, Los peores años de nuestra vida, El amor perjudica seriamente la salud o La hora de los valientes, sin olvidar algunas de sus más conocidas actuaciones entre los más jóvenes, como su cameo en la primera parte de Torrente y su papel como Cuco en la segunda, Torrente 2: Misión en Marbella.
También podemos destacar sus papeles en teatro, en El apagón, Los 39 escalones, Catón o La fuerza de la costumbre, así como los reconocimientos que ha recibido a lo largo de su carrera: un Premio Goya en 1990 y cuatro candidaturas posteriores, un Fotogramas de Plata como Mejor Actor de Teatro precisamente por Una noche con Gabino, una candidatura a los Premios del Cine Europeo en 1990 y dos candidaturas a los Premios de la Unión de Actores.