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Fundación de Cultura Ciudad de Cuenca
2014 - 15 de mayo a las 20:30h.  [Sala 1 - Teatro Auditorio de Cuenca]
Noche de Danza

AÍDA GÓMEZ. ADALÍ



ADALÍ, DE AÍDA GÓMEZ, UN VIAJE AL INTERIOR DEL FLAMENCO ENTRE LA TRADICIÓN Y EL FUTURO

El espectáculo que ahora llega a Cuenca ensalza el baile flamenco, manteniendo su esencia, pero dotándole de actualidad. Todo ello en la persecución del reto, que está “tanto en conservar las tradiciones como en que éstas sean recreadas con la visión de nuestra época y nuestros gustos actuales”

La Compañía de Danza Española ‘Aída Gómez’ llega a Cuenca con su último espectáculo, Adalí, un “viaje al interior pero no al pasado del flamenco”. Y es que, explican sus responsables, “dentro de ese universo que es la danza española el arte del baile flamenco ocupa su lugar, señero, importante, definitorio e influyente”.

Son éstas, pues, las bases de este Adalí cuya dirección artística corre a cargo de Aída Gómez, mientras que la composición y dirección musical están en manos de Juan Parrilla. A esto hay que añadir que son Aída Gómez, Christian Lozano y Eduardo Guerrero los responsables de la coreografía y los bailarines. Para terminar, otros nombres son Nicolás Fischtel en el diseño de luces y Alfonso Barajas en la escenografía.

Subraya la compañía que “si el siglo XX fue el de la entronización del flamenco teatral, el XXI será también el de enfrentar esas poderosas tradiciones de cara al futuro” y, añaden, el reto está tanto en conservarlas como en que sean recreadas con la visión de nuestra época y nuestros gustos actuales”. Según resaltan, “éste es el destino dialéctico de un baile mayo lleno de misterios”.

Suponen estas explicaciones que el espectáculo que llega al Teatro Auditorio se basa en la tradición más arraigada pero adaptada a la actualidad con gran estilo y sin introducir grandes modificaciones, rodeándose del aura de esta gran bailarina que se hace acompañar por grandes artistas que aportan la diferencia y la complementan.

El programa del espectáculo, que se ve enriquecido por la variedad del vestuario -espectacular todo él, combinando distintos modelos como el mantón o la bata de cola- está compuesto por diferentes piezas musicales que se van sucediendo con gran agilidad y sin una unidad concreta, las cuales partiendo de una introducción derivan en las llamadas ‘Blanco y negro’, ‘Rondeña’, ‘Farruca’, ‘Alegrías’ y ‘Tangos’, entre otras.

Son todos ellos términos que “han sido tratados con la seriedad que impone el sólo hecho de mencionarlos”, aseguran. Y argumenta la compañía que “los bailes son los que conceden el dibujo inicial para la nueva creación coreográfica y la inspirada música ha trabado una serie de referencias armónicas y clásicas en que las instrumentaciones se alimentan de nuestro rico acerbo sinfónico”.

Una “reverencia a los grandes”

En este espectáculo pretenden enlazarse la música y la coreografía mirando hacia adelante, lo cual queda ya ejemplificado en el mismo prólogo, basado en un diálogo entre lo ancestral y la técnica. Será, dicen, “una invitación para recorrer una senda de tales esencias con el espectador, empezando nuestro cuaderno de viaje con una reverencia a los grandes”.

La explicación que se da a la idea de la que surgió el espectáculo es que “nuestros símbolos son nuestra herencia y están tanto en los ingredientes plásticos y las figuras como en las marcas sonoras, en los palos y estructuras que, dotados de su propia poesía y con su entraña vital, convertiremos en lenguaje bailado y en teatro de la danza”.

Por otro lado hay que decir que son muchos los elementos que se enlazan para componer el conjunto que, seguro, no defraudará a los partidarios de la modernización de los clásicos, pero tampoco a los más puristas, para quienes va destinada alguna que otra pieza concreta.

En este sentido se expresan los responsables de la compañía, al señalar que “la estética del ballet flamenco, moderna ya en sí misma desde sus comienzos, ha sabido adaptarse a la rapidez y radicalidad del arte contemporáneo”. Y es que, añaden, “el baile flamenco es arte moderno en toda regla”, explicando que “en su momento estuvo asociado a las vanguardias y a los artistas más punteros, y esa es su fuerza y su principal valor de trascendencia”. Por ello, “la rueda del experimento y la renovación hay que asumirla como un proceso necesario”.

Para terminar, la compañía subraya que “baile coral o baile solista, y hasta algún delicado regalo instrumental, tienen la intención de, junto al disfrute, poner un importante aviso: somos lo que bailamos”.

Aída Gómez

La consolidada artista comenzó su carrera con 14 años al incorporarse de la mano de Antonio ‘El Bailarín’ a la disciplina del Ballet Nacional de España en 1982, interpretando desde el comienzo papeles de solista. En 1985 ascendió a Primera Bailarina interpretando papeles protagonistas hasta el punto de que en la conmemoración del décimo aniversario de la creación del Ballet Nacional de España interpretó, junto a Antonio Gades, Bodas de Sangre.

Son hitos destacados de su carrera la inauguración del Teatro Real de Madrid en 1997 con el Sombrero de tres picos, siendo galardonada con el Premio Max de las Artes Escénicas a la Mejor Bailarina; la formación de su propia compañía en ese mismo año; y que el Ministerio de Educación y Cultura la nombrase en 1998 directora artística del Ballet Nacional de España, convirtiéndose en la más joven en ostentar este cargo.

Otro punto importante llega en 2001, cuando crea su propia empresa dedicada a la producción y distribución de espectáculos, estrenando paralelamente con su compañía un nuevo proyecto, Salomé, con la dirección escénica de Carlos Saura.

El Ministerio de Cultura le otorga el Premio Nacional de Danza en 2004, obteniendo desde entonces otros destacados reconocimientos como el Premio Chivas Telón a la Mejor Intérprete de Danza en 2007, el Premio de Cultura de la Comunidad de Madrid en 2008, el Premio APDE de la Asociación de Profesores de Danza Española, Ballet y Flamenco en 2008, el Premio de Teatro Juan Bravo en 2009 como Mejor Intérprete de Danza o el Premio ‘La Barraca’ de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en 2010.

Entre sus últimos proyectos realizados cabe destacar la colaboración con el director de cine Bigas Luna en 2010 creando una coreografía para el Pabellón de España en la Exposición Universal de Shanghai o la gira durante 2011 con Carmen y Permíteme bailarte a nivel nacional e internacional. Además, en este año estrena también la coreografía La revoltosa.

Sobre Juan Parrilla, responsable de la composición y la dirección musical, cabe señalar que comenzó a tocar la flauta a la edad de 13 años en el Conservatorio de Jerez de la Frontera, trasladándose luego a Madrid para continuar sus estudios con este instrumento. Procede de un linaje de artistas y músicos flamencos muy relevante y ha colaborado con un amplio número de artistas de gran importancia, como Vicente Amigo, Tomatito, Paco Cepero, Ketama, La barbería del sur, Ara Malikian, Lola Flores, José Mercé, Enrique Morente, Estrella Morente o Raimundo Amador, entre muchos otros.

Localidades: 18,00 €  Club de Amigos: 14,00 €  Visib. Red.: 12,00 €
Duración estimada: 90 minutos
Edad recomendada: todos los públicos
Todo el público deberá comprar entrada, sea cual sea su edad.

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