La compañía IRÚ presenta este espectáculo familiar que aúna diversión y carácter didáctico acercando a los más pequeños la figura del gran escritor Julio Verne a través de dos técnicas teatrales que les transportarán a un universo de gran impacto visual.

Un recorrido sin palabras por el imaginario del visionario escritor francés Julio Verne es lo que propone el espectáculo de carácter familiar El pequeño Verne, que trae a la escena del Teatro Auditorio de Cuenca la compañía IRÚ. Esta actuación mezcla dos técnicas teatrales que cuentan con una gran tradición y que, unidas, dan como resultado un espectáculo con un fuerte impacto visual.

Se trata de un divertido espectáculo de luz negra en el que los personajes son títeres de hasta 2,5 metros de alto construidos por los propios manipuladores en diferentes materiales como papel maché o gomaespuma. Éstos son manipulados mediante la técnica japonesa del Bunraku, consistente en mover los muñecos mediante varas y pegados a ellos, lo cual combinado con la luz negra hace que el manipulador no pueda ser visto por el público, dando así todo el protagonismo a los títeres y consiguiendo unos efectos visuales que causan una gran sorpresa en el espectador.

Así se entremezclan momentos evocadores y oníricos con otros de acción y humor, poniendo en escena un espectáculo dinámico y con mucho ritmo que engancha desde el primer momento. Y es que el espectador ve cómo ante sus ojos surge la magia del teatro negro, en la que se verá envuelto pues hay momentos en los que la cuarta pared se rompe para que los presentes, sean niños o no, puedan participar en el espectáculo.

En cuanto a la historia, es ideal para los más pequeños pues aúna diversión y carácter didáctico, centrándose en un niño que no quiere estudiar hasta que, de repente, el libro que debería leer cobra vida y le transporta a un mundo de conocimientos y aventuras. Se enfrentará así a pulpos gigantes, atravesará agujeros negros, dará la vuelta al mundo volando en globo e incluso viajará al centro de la Tierra. Una aventura que despertará su imaginación y le convertirá en uno de los más grandes escritores de la Historia.

El espectáculo acerca así la obra de Julio Verne a los más pequeños, les incita a la lectura desde una visión lúdica y apuesta por desarrollar la imaginación y la creatividad. Todos ellos objetivos de la compañía IRÚ, fundada por los actores y manipuladores Raúl Amores y Ricardo Cristóbal, cuya línea de acción es la combinación de diferentes técnicas de manipulación para conseguir aumentar las posibilidades del teatro negro, sin perder ese sabor tradicional que posee el mundo del títeres e intentando evitar quedarse sólo en la parte efectista.