Y hoy, ¿Quién no es extranjero?
La Noche Justo Antes de los Bosques, de AlmaViva Teatro, se presenta en el Teatro Auditorio de Cuenca. Una apuesta llena de riesgo y poesía que sedujo al público y crítica de Madrid, Lieja, Edimburgo o Barcelona. Ahora llega a la ciudad de las casas colgadas.

¿Quién no se ha sentido extranjero alguna vez? Incluso en su propia ciudad. ¿Cuántas veces no hemos pensando que no encajamos en el entorno.
La Noche Justo Antes de los Bosques, monólogo escrito por Bernard-Marie Koltès entre 1976 y 1977, cuando se estrenó en el Festival Avignon Off. Un texto que se antoja poético y que traslada al espectador a un universo personal, una cotidianidad alienada, prostituida. Koltés presenta a un individuo -un extranjero que puede ser todos los individuos- que detiene a personas en una calle oscura en la que todo parece confundirse.
El personaje ante sí mismo.

La epifanía de un ser humano al límite.

Tras representar durante tres meses de temporada en el Teatro La Puerta Estrecha de Madrid, pasando Festival RITU de Liège (Bélgica) y el FRINGE de Edimburgo 2015, AlmaViva Teatro llega a Cuenca el próximo 8 de octubre dentro de la Programación de Teatro de Otoño de la Asociación de Amigos del Teatro de Cuenca.

Un salto que la compañía madrileña deseaba desde sus inicios y que llega gracias a este montaje que invita al espectador a un viaje emocional de un ser humano que ha encontrado una idea que puede ayudar a aquel a quien se atreva a escucharle un momento en una calle nocturna bajo la lluvia, porque “no siempre el que aborda es el más débil”, según el propio personaje dice en su viaje.

Según su director, César Barló: “No es fácil mantenerse en el panorama actual de las artes escénicas, pero cuando una apuesta es tan bien recibida merece todos los esfuerzos y más para seguir adelante con ella. Al fin y al cabo hablamos de lo esencial, algo tan concreto que se acaba haciendo universal y con lo que el público conecta inmediatamente.”

Laberinto de asfalto y espejos urbanos

AlmaViva Teatro continúa su labor de trasladar al público una perspectiva social a través del teatro. César Barló dirige a José Gonçalo Pais en una puesta en escena que concentra toda la fuerza de Koltès.

Un único espacio, simbólico, que se va transformando gracias a la pura interpretación del actor. El público se sitúa apenas a unos centímetro de la interpretación de un actor y además puede seguir la evolución de la puesta en escena a través de una cámara de vídeo en directo.

Entrar en el mundo de Koltès es un desafío siempre. La propuesta que se presenta desafía directamente la sensibilidad del espectador. El mundo urbano en el que estamos llenos de pantallas, selfies, personas que bajan la mirada o la indiferencia del viandante ante lo que sucede a su alrededor. Todo esto está comprimido en este intenso monólogo de una hora y cuarto.

El montaje es una suerte de radiografía en el espejo de una ciudad que se hunde en su asfalto, donde cada día caminamos sin preguntarnos muchas veces quien es aquel con el que compartimos nuestro espacio.