Con Andrés Lima y Alfredo Sanzol como directores

EL MITO Y LA RAZÓN EN LA TRAGEDIA CLÁSICA A TRAVÉS DE


MEDEA Y EDIPO

Teatro de la Ciudad es una experiencia atrevidísima para los tiempos que corren, un empeño por hacer teatro e innovar, mucho más allá del simple deseo de sobrevivir a la crisis. Tres de las figuras más importantes y admirables de la escena española, Miguel del Arco, Andrés Lima y Alfredo Sanzol, se han propuesto encontrar un espacio escénico permanente en el que hacer un teatro riguroso, de calidad, que no sólo dependa del éxito de taquilla. Un teatro plural que vincula la formación y la exploración compartida a la creación y presentación de espectáculos. Nuevos conceptos para volver a las raíces…

La puesta en marcha de Teatro de la Ciudad se inició en junio pasado con la convocatoria del taller Mito y Razón dedicado a Antígona, Medea y Edipo, al que han seguido otros siete talleres de investigación. Y culminó en septiembre del recién acabado año con el estreno en el Teatro de La Abadía de tres espectáculos y una experiencia teatral, todo alrededor de la tragedia clásica, el género que está en el centro de la formación de la ciudad y de la democracia.  Antígona, dirigido por Miguel del Arco; Medea, por Andrés Lima; Edipo Rey, dirigido por Alfredo Sanzol; y Entusiasmo, con dirección conjunta. En Cuenca, dentro de las celebraciones del XX Aniversario como Ciudad Patrimonio de la Humanidad, hemos querido ofrecerles una muestra de este trabajo que sobresale actualmente en el panorama escénico. No en vano, sus directores convierten en oro escénico todo lo que tocan. Así, podremos ver en el Teatro Auditorio de Cuenca Medea y Edipo Rey.

Es una apuesta por la investigación, reflexión, creación, producción y exhibición del teatro contemporáneo de calidad y con total libertad, impulsado por los tres directores Miguel del Arco, Andrés Lima y Alfredo Sanzol, y sus tres productores habituales, Aitor Tejada, Joseba Gil, Gonzalo Salazar Simpson. Más de un centenar de espectáculos, numerosos premios y distinciones, aparte de un sinfín de contactos profesionales, es lo que les ha permitido irrumpir en la escena española y despertar grandes expectativas.

 
Medea

Este personaje despertó un gran interés en Andrés Lima, especialmente a partir del planteamiento del texto de Séneca, porque trabaja desde el centro del dolor de una persona a la que el amor prácticamente la lleva a la destrucción. Medea es capaz de hacer una de las cosas más atroces que podemos imaginar: matar a sus hijos. La obra plantea el enloquecimiento de un ser humano que destruye todo lo que crea. Es una reflexión sobre el camino que lleva el ser humano hacia la guerra y también una clara reivindicación de la mujer, del poder de decisión de la mujer. “Medea es atrevimiento, Medea mete la mano entera en nuestras heridas y nos enfrenta a nuestros terrores o mejor dicho, a nuestros dolores y si el dolor es signo de vida, a nuestra vida”.

“Arrasadora y descomunal (...). Inasumible” fueron los calificativos que utilizó Marcos Ordóñez en el suplemento ‘Babelia’ de El País, en mayo de 2105, para hablar de la interpretación de Medea que hizo Aitana Sánchez-Gijón en este montaje de Lima. “Una coronación de la actriz”, han dicho otros medios, que la describen como esplendorosa y terrible en un papel que borda tras una trayectoria que no empezó ayer precisamente. Tanto para la actriz como para el director, que también interpreta a varios personajes, entre ellos a Jasón, esta Medea es actualmente su mejor trabajo, según la crítica especializada.

Por otro lado, el papel que juega la música en este montaje es fundamental. Destaca la presencia de Jaume Manresa. Los recursos artísticos, el soporte técnico… la música arropa y acompaña a la palabra. Jaume ha compuesto una música perfecta, pensada para este espacio, el soporte de las imágenes de vídeo de Miquel Ángel Raió, la iluminación de Valentín Álvarez, o la escenografía de Beatriz San Juan. Con todo eso han creado una propuesta contemporánea que responde perfectamente a lo que proponía la tragedia griega.


Edipo Rey

La elección de Alfredo Sanzol fue clara: “Edipo es una obra que quiero hacer desde hace muchos años… Entonces me sentía muy joven para meterme con la tragedia y ahora, parece que ha llegado el momento en el que necesitaba contarla”.

La grandeza de Edipo está en el empeño por conocer la verdad. Edipo confía en sí mismo, en su grandeza, en la del hombre que derrotó a la Esfinge, en la del magnánimo rey de Tebas, no puede permitirse parar. Tiene que saber, porque él se lo impone, quién fue el asesino de Layo. Descubrirá que él mismo fue el asesino, que Layo era su verdadero padre y Yocasta la mujer con la que ha tenido cuatro hijos, es su madre. Edipo descubrirá que su grandeza tenía pies de miseria. Su historia es la del hombre que lo era todo y que pasó a ser menos que nada. La historia del hombre que por salvar a la ciudad, se hundió a sí mismo, el hombre que al descubrir la verdad decidió no volver a ver la luz.

No nos equivocamos mucho si consideramos al protagonista casi un demonio, esa es la visión que tiene él de sí mismo al acabar, pero al principio no estamos viendo a ese asesino sino a un tipo que se echa a sus espaldas la salvación de la ciudad. Un tipo lleno de soberbia, sin duda, pero que todo lo que ha hecho (desde matar a su padre y acostarse con su madre) lo hace de forma inconsciente… Entonces, ¿somos responsables de nuestros actos aún cuando no somos conscientes del daño que se hace? ¿Hasta dónde llega la libertad? De eso trata Edipo Rey.
 
Dos grandes del teatro español

Andrés Lima, actor y director teatral español, está considerado como uno de los grandes directores de escena españoles. Con la compañía de teatro Animalario, con los que ha conseguido cuatro Premios Max a la mejor dirección, ha contribuido en los últimos años a la renovación de los conceptos de la puesta en escena del teatro español. En su faceta como director y autor teatral, destacan las producciones El montaplatos (Sala Matadero de Madrid, 2011), El mal de la juventud (Teatro de la Abadía), Penumbra (Teatro Matadero), Falstaff (Teatro Valle Inclán), Las alegres comadres de Windsor para la Comédie Française, Urtain de Juan Cavestany, Striptease de Andrés Lima, con Sol Picó y Carles Padrissa..., Marat-Sade de Peter Weiss (CDN-Animalario), Argelino, servidor de dos amos, sobre Arlequino de Goldoni (versión de Andrés Lima y Alberto San Juan), y El caso Dantón de Stanislawa Pryzwizesca para el Stadsteater de Goteborg, Los Mácbez o Desde Berlín (Tributo a Lou Reed).

Por su parte, Alfredo Sanzol, es licenciado en Derecho por la Universidad de Navarra, y en Dirección de Escena por la Real Escuela Superior de Arte Dramático. En 1999 dirige Como los griegos de Steven Berkoff (nominado a mejor espectáculo revelación Premios Max 2000) y crea la compañía Producciones del Callao. En 2000 escribe y dirige Carrusel Palace (espectáculo ganador de la Maratón de Teatro Breve de la Comunidad de Madrid). Algunos de sus montajes más destacados son Sí, pero no lo soy (cuatro nominaciones Premios Max 2009), Delicadas, presentada en el Teatro Español, Días estupendos (2010), producción del CDN y Lazona. Entre sus últimos trabajos se encuentran: En la luna (2011, texto y dirección), ganadora de tres Premios Max; la dirección de La importancia de llamarse Ernesto (Teatro Gayarre, 2012); el texto y dirección de Aventura! (T de Teatre, 2012); Esperando a Godot (CDN, 2013); y La calma mágica (CDN, 2014).