La Celestina, con toda la fuerza de la Compañía Atalaya

Este gran clásico de Fernando de Rojas reúne en una sola obra los grandes temas de la época: amor, codicia, muerte y magia. En esta adaptación de Ricardo Iniesta se mantienen esos temas como hilo principal y conductor de la obra.

La Celestina nos llega de la mano de Ricardo Iniesta, el cual ha realizado una interpretación del clásico de Fernando de Rojas. Este clásico a pesar de los siglos que tiene, sigue reflejando los grandes problemas de la actualidad como es la codicia y la traición, y a su vez, temas atemporales como el amor y la muerte. Además de, a pesar de la época, mostrar a una Melibea que encaja completamente con el carácter de una mujer del siglo XXI: rebelde, insumisa, lúcida, presa de una pasión arrolladora que nada tiene que ver con las doctrinas del amor cortés o de las buenas costumbres feudales o burguesas, que no quiere marido, ni tutelaje alguno, dueña de su propio destino, que planifica metódicamente.

Calisto, un joven de noble linaje se enamora a primera vista de Melibea, cuando entra al huerto de su casa buscando su halcón. Pero cuando Calisto comienza a expresarle sus sentimientos ella lo rechaza. Su criado Sempronio le sugiere que recurra a una vieja prostituta y alcahueta profesional llamada Celestina. Ésta se hace pasar por vendedora de artículos diversos para entrar en las casas y organizar citas de amantes. Pármeno, otro criado de Calisto, trata de disuadirlo, aunque no lo consigue. Celestina finalmente es contratada por Calisto para conseguir los amores de Melibea y para ello, la alcahueta realizará una serie de conjuros. El resto de la trama gira en torno a traiciones por parte de los criados, que acabaran con la muerte de Celestina, y la venganza, que tendrá como resultado la muerte de Calisto y Melibea.

Un clásico muy moderno

“Leí por vez primera La Celestina en plena adolescencia, cuando por aquel entonces no había posibilidad de encontrar ni en librerías ni kioscos, ni en cines ni teatros –por no hablar del único canal televisivo- obra alguna con la carga de erotismo que posee la obra de Fernando de Rojas. La censura, incomprensiblemente, no castró la edición hasta las postrimerías del franquismo... Pero si el texto quedó indeleble en mi memoria, fue sin duda no ya por lo que narraba, sino por cómo. Cuarenta años después, puedo afirmar que la riqueza de imágenes que contiene el texto de Rojas resulta única en la literatura dramática de todos los tiempos”, esta es la propia definición que hace Iniesta de La Celestina.

Esta visión de La Celestina remite también al expresionismo más inquietante y al teatro de la crueldad de Artaud que precisamente influyera tanto en Grotowski y en Kantor, otros de los referentes. Los actores son quienes darán vida a estos lenguajes a través de la energía especialmente intensa que requiere esta obra.

“Lo que me animó definitivamente a llevar a escena la obra fue contar nuevamente con la actriz más carismática de Atalaya y –según la profesión y la crítica teatral- una de las más notables del teatro andaluz, Carmen Gallardo, que había permanecido fuera del grupo durante tres lustros”, afirma Iniesta.

Justamente hace un cuarto de siglo fue elegida actriz revelación del año en Madrid, por su trabajo en Así que pasen cinco años. Carmen, ha adquirido la madurez y fuerza escénica para encarnar de manera magistral al más fascinante personaje del teatro en lengua castellana.

Las críticas reafirman el peso de la compañía

La compañía Atalaya, fue reconocida en el año 2008 con el Premio Nacional de Teatro. Tanto es su peso en nuestro país que las críticas no podrían ser mejores en las obras representadas por la compañía.

Además de La Celestiana, RICARDO III de Shakespeare ha sido uno de los grandes éxitos que ha resonado por todo el país. Las críticas fueron unánimes alabando el gran trabajo tanto de la compañía, como de los actores: “Extraordinaria puesta en escena. Los personajes están increíblemente bien dibujados. Estupenda iluminación y cuidadísimo vestuario. La creatividad es la columna vertebral de este montaje. Magnífico y elegante final, como corresponde a una gran obra y a una gran compañía. Espectacular”. (La voz de Galicia).