Vuelve la JONDE a Cuenca
con la Sinfonía nº 9 de MahlerDirigida por Víctor Pablo Pérez, la Joven Orquesta Nacional de España, interpretará la obra cumbre del sinfonismo: La Sinfonía nº 9 de Gustav Mahler. La juventud se enfrenta a la madurez.
La novena sinfonía de Mahler (estrenada en junio de 1912) es una especie de réquiem, no solo del compositor sino también de una época. Para el sufrido Gustav Mahler sería su última obra (la décima no llegó a terminarla). En ella pone sobre la partitura sus ideas de lo que es la muerte, la desaparición de este mundo terrenal para ir a otro mundo del que no sabemos con certeza qué nos deparará. Es la reflexión de un creyente que, en vida, ha sufrido la muerte de sus seres más queridos, y que en este momento es consciente de que le ha llegado su hora. Por ello es una obra de afirmación, horizontal, cerrada, que determina un punto y final. No cuestiona, como en la tercera sinfonía; no habla de la resurrección, como en la segunda sinfonía. Para Mahler es el momento de la realidad de la muerte. Para su alumno Alban Berg es la música más extraordinaria que se haya escrito.
El mundo de la música clásica tiene en esta novena la última gran obra que expresa el sentimiento romántico. Aquel en el que el hombre, como ser humano, se enfrenta a las contrariedades de la vida, existencial, transcendental y espiritual. Luego llegaría el serialismo, el neoclasicismo y otras vertientes nacionalistas, más preocupadas por la forma que por el fondo. Con la novena sinfonía, Mahler pone punto y final a esas generaciones en las que la obra iba asociada a la vida.
El hecho de que la obra sea interpretada por una joven orquesta le da una vuelta de tuerca a ese espíritu de final y muerte que Mahler transmite. La juventud, la frescura mental y las ganas de vivir de estos músicos realzan el mensaje del compositor. Además, bajo batuta de Víctor Pablo Pérez, ya conocido por los aficionados conquenses por sus numerosas intervenciones en la Semana de Música Religiosa. Su valía es incuestionable.
La comunión ideal de los tres elementos, obra-intérpretes-dirección, harán que este 26 de junio sea recordado como uno de los mejores momentos vividos en el Teatro Auditorio de Cuenca.