D’PALABRA, el arte de la palabra dicha

Una sola voz sin artificios y la propuesta a dejarse llevar por la palabra. ¿No te lo crees? En esta 13ª edición del Festival D’Palabra, y tercera que acogemos en el Teatro Auditorio de Cuenca, les proponemos a cuatro increíbles contadores de historias, cuatro acentos distintos, cuatro universos. Serán Felix Albo, contador y director del #DPFST, Momi Ogalla, Victoria Siedlecki y Guti (José Luis Gutiérrez). ¿Te atreves a venir al Auditorio?

Además de las cuatro actuaciones del Auditorio, el Festival se desarrolla también en otros espacios públicos y privados. Se ocupa del alumnado de secundaria para mostrarles este arte, esta manera de expresar, de ensoñar y dejar abiertas las puertas del teatro, donde son bienvenidos todos y siempre. También se llevarán a cabo actividades divulgativas, un foro formativo y actividades para familias. Toda la programación la podrán consultar en dpalabrafestival.com y en las redes sociales con @dpalabrafst, Facebook, Twitter e Instagram. Esperamos que se sumen a estas citas, no sólo en el Auditorio sino en toda Cuenca.

Félix Albo, Historias inquietantes

Contador de historias y director del Festival D’Palabra desde que naciera en la FLLIC (Feria del Libro, la Lectura y las Industrias Culturales), Félix Albo es Mediterráneo. Crea y dirige sus espectáculos en los que, con solo la palabra, invita al público a pasear por sus historias y por un sorprendente abanico de emociones, de la mano siempre de un humor mordaz y disparatado. La ternura, la soledad, la muerte, la risa loca, el amor sin freno, la amistad profunda, el dolor, el silencio, el baile, los paisajes infinitos... Todo forma parte del universo particular con el que este artista de la palabra dicha pincela sus propuestas, siempre conmovedoras.

En esta ocasión, Albo quiere inquietarnos. Alborotarnos (quizá esto explique la raíz de su apellido). Conmocionarnos. Desasosegarnos. Desazonarnos (gran paradoja, con lo ‘salao’ que él es).

Pero es que Felix sabe que la vida nos sobresalta, nos sobrecoge, nos excita con acontecimientos a los que no les buscamos explicación, no sea que la tengan. A veces la vida nos espera con buenas historias; buenas, aunque nos provoquen un cierto alboroto.