Romeo y Julieta
Bravura y virtuosismo ruso


El prestigioso Ballet Imperial Ruso regresa a Cuenca con una de las mejores obras de ballet del siglo XX. Bajo la dirección artística de Gediminas Tarandá, antiguo solista del Teatro Bolshoi de Moscú, cuarenta y cinco bailarines de primer nivel reviven la apasionada historia de Shakespeare.

La expectación por esta gran compañía está justificada. Desde su fundación en 1994,  el Ballet Imperial Ruso ha sido aclamado por la crítica de todo el mundo: China, Australia, Nueva Zelanda, Croacia, Japón, Finlandia, Francia, España, Austria, Alemania, Brasil y otros muchos países...

La compañía gusta del ballet clásico. Su repertorio incluye obras como El Cascanueces, Giselle, Carmen, Don Quijote, La Bella Durmiente y Sherezade, entre otras coreografías cortas.  Todavía tenemos fresca en la memoria la representación en nuestro auditorio de El Lago de los Cisnes, que fue acogida con entusiasmo por el público.

La versión de Romeo y Julieta que aquí presentamos es la obra maestra de Prokofiev acompañada por la coreografía de Mikhail Lavrovsky y el magnífico diseño escenográfico de dos de los mejores escenógrafos rusos de la actualidad, Evgeny Lysik y Anna Ipatieva.

El ballet se divide en tres actos. El primero marcado por la rivalidad de dos familias rivales de Verona, los Capuletos y los Montescos. Entre las continuas peleas de los miembros de estas familias florece el inconveniente amor entre Romeo y Julieta, escena del balcón incluida.

Un segundo acto continúa con el casamiento secreto de los amantes y un violento duelo de honor que terminará con el destierro de Romeo. El último acto llora la pérdida de una pasión que se extiende hasta su fatal desenlace.

El amor y la lucha de los amantes se encarnan en la energía y delicadeza de los bailarines rusos. Es la fuerza dramática de un clásico que nos conmueve y que con toda seguridad quedará otra vez en nuestra memoria.