El dúo de flauta y clave Ayerza-Márquez une música del pasado con la actual en un actuación de exigencias virtuosistas

Tanizaqui escribe en El elogio de la sombra: “Lo bello no es una sustancia en sí sino un juego de claroscuros producido por la yuxtaposición de las diferentes sustancias que va formando el juego sutil de las modulaciones de la sombra”. Transponemos estas ideas al recital que estas dos magníficas intérpretes, María Ayerza y Silvia Márquez, nos ofrecerán. Un recital donde encontraremos lo bello en ese juego claroscuro de sonidos superpuestos que, en un juego sutil, transmite la madera de estos dos instrumentos, la flauta y el clave. Para ello se ha seleccionado un repertorio que combina el pasado y el presente uniéndolos en uno, de manera que se desdibujan las fronteras entre el barroco y la música actual.

Entre las partituras que se escucharán está el estreno absoluto de la obra de José María Sánchez -Verdú “Kemet”. Kemet es una palabra egipcia que se refiere a la tierra negra, húmeda y fértil del Nilo, complementaria de Deseret, que es la tierra blanca y seca del desierto. Con estas dos palabras, y con la flauta de pico como principal instrumento, Sánchez -Verdú compuso en 2015 un díptico. Lo que se estrena en Cuenca es la versión para flauta de pico y clave, un elogio a la tierra húmeda y productiva.