Esta es la historia de una persona que vive en un planeta muy particular, Barriga, un lugar del que venimos todos y desde el que nuestra protagonista se imagina qué es lo que le espera al otro lado.

“Vivía en un mundo redondo. Sola y redonda, como una sandía. Aún no sabía nada. No sabía que el perro ladra, no sabía que las esquinas doblan o que existen unas cosas invisibles que te salen por la boca y que se llaman palabras. Y que con las palabras puedes saludar a otras personas. Personas. Aún no sabía que allá afuera había otras personas. Y que un mundo me estaba esperando”, reflexiona el personaje creado por La ChicaCharcos en este espectáculo familiar de teatro y música en directo a cargo de The Katiuskas band.

Con una amplia formación en la interpretación y el clown, Patricia Charcos impulsa desde su compañía un teatro vivo, comprometido y divertido que experimenta con diferentes lenguajes y juega con la palabra, la música y el movimiento.

Un día fui una sandía habla de la esperanza. De lo pequeño hasta lo gigante. De la célula hasta el universo. Del ser humano hasta el colectivo y del poder que tenemos cada persona para cuidar el planeta que queremos.